La Psicomotricidad como disciplina se interesa por el cuerpo y el movimiento en relación con la afectividad e inteligencia y se inserta en el espacio educativo a través de la Práctica Psicomotriz Educativa, la que se ha expandido notablemente en los últimos años.
Su contribución al quehacer pedagógico, es sin duda, la revalorización que desde allí se hace del cuerpo y el movimiento como forma privilegiada de conocerse a sí mismo, de comunicar y de construir su aprendizaje en las etapas tempranas del desarrollo.
Esencia y sentido
Se reconoce en el niño un ser de expresividad motriz, que se dice a través de su accionar, su gestualidad, la forma particular de habitar y apropiarse de su cuerpo, a través de los cuales entrará en relación con los otros, el espacio y los objetos sobre un fondo tónico-emocional.
Desde la especificidad de la disciplina, nos planteamos acompañar el desarrollo en la edad preescolar, favoreciendo el pasaje de una dinámica de acción y movimiento a una dinámica de pensamiento; el transitar dentro del proceso de constitución subjetiva, desde el cuerpo hacia procesos cada vez más elaborados de representación y simbolización, que lo llevarán a una ganancia de autonomía.
Psicomotricidad infantil
Surge así el rol central del psicomotricista posicionado como parte de un engranaje, que, actuando en la educación, aporte a la construcción de un saber nuevo sobre el niño, los problemas y padecimientos que pueden surgir en su paso por la escuela.
- ¿Qué vamos a mirar del niño, de los cuerpos y su funcionamiento en la escuela?
- ¿Y desde que posición subjetiva vamos a sostener esa mirada?
- ¿Qué se nos pide que atendamos en la escuela? ¿La adquisición de funciones en tiempos evolutivos esperados, que se ajusten a su vez a las exigencias curriculares cada vez más desmedidas?
- ¿La prensión incorrecta, la lateralidad indefinida, la falta de coordinación óculo-manual?
- ¿El cuerpo en su desborde, en el exceso de movimiento?
- ¿Qué sucede cuando la medicalización de la sociedad toma a los niños y “los problemas en la infancia dejan de ser nombrados como problemas y pasan a serlo como trastornos”?
Resulta vital, adherir a la posibilidad de trascender la mera observación y descripción de conductas para pensar el cuerpo y su accionar en la escuela desde una perspectiva compleja que lo que haga sea abrir preguntas antes que brindar respuestas cerradas.
Psicomotricidad y educación
Desde esta perspectiva conviene pensar, por ejemplo, la habilidad o la inhabilidad manual, las características de la prensión, las actividades práxicas inscriptas en el proceso de construcción de una mano, atendiendo el despliegue de la función motriz anudada al deseo de este niño, puesta en juego en el acto gráfico. Analizaremos los modos en los que el niño dispone de los instrumentos dados por la maduración en el escenario cultural (escuela) que lo demanda desde un lugar de alumno, y desde esta posición llevaremos adelante las estrategias con el niño, con la maestra de clase y con la familia.
Sostenemos que la Práctica Psicomotriz Educativa viene, en este contexto a funcionar como una pedagogía del cuerpo, en un intento de superar el paradigma basado en las competencias corporales, no solamente desde el enunciado teórico, sino a través del ejercicio de una práctica posible.
Mag. Ma. Jesús Huguet
Psicomotricista
Especialista en Atención Temprana