VIDEO-KENNEDY-ALTA.00_00_40_59.Still006

Nuevos Desafíos: la Articulación entre los Ciclos Educativos

El final de cada ciclo educativo es un momento importante para los alumnos, las familias y las instituciones. Los cambios que se experimentan en estas transiciones de ciclo, generan en la vida de los estudiantes momentos de cierta tensión. Los protagonistas de estos momentos se enfrentan a diferentes instancias académicas y sociales. Es el período de tiempo en que un alumno vive una serie de eventos que implican la culminación de un ciclo y el pasaje al nivel siguiente.

Algunas ideas a considerar en esta etapa:

Prepararse para estas transiciones es responsabilidad de todos los involucrados ya que se le deben asegurar al alumno varios aspectos:

– brindar la información necesaria sobre el nuevo ciclo para acotar expectativas, y reducir el espacio de incertidumbres en beneficio de las certezas

– cuidar el impacto en las familias en cuanto a la forma de acompañar y habilitar

– potenciar los espacios de diálogo con referentes del nuevo ciclo.

Lo importante es acordar que en las «transiciones» las miradas deben estar centradas en el sujeto y sus decisiones.

¿Qué son las transiciones?

Según Gimeno (1997), la define como el momento y la experiencia de vivir la discontinuidad dentro de la natural multiplicidad, diversidad y la polivalencia del mundo social y cultural en que nos toca vivir cierto momento, o la experiencia y el momento de pasar, sin poder volver, de un estadio a otro, de un estado a otro diferente, de un nicho que superamos o que perdemos a otro diferente.

En definitiva, es el proceso que viven los alumnos y que debemos ayudar a que transcurra de manera positiva. Muchas veces se vive de manera tan intensa que termina afectándolos al menos temporalmente.

Algunos autores como Álvarez y Pareja (2011) citan varias etapas en la transición que van desde la preparación para el cambio, el cambio mismo, el transcurrir del cambio y la adaptación que cierra el proceso de transición del alumno al nuevo ciclo. En las tres primeras se hace necesario que los que ya transcurrieron estas etapas orienten y colaboren para que emocionalmente cada alumno pueda posicionarse de otra manera.

El rol de las Instituciones

Las instituciones deben generar a través de sus gestores, estrategias que tanto preparen el escenario educativo para el cambio como habiliten la adaptación. Es importante que todos los involucrados tengan en claro que son momentos donde debemos colaborar para que las fortalezas de cada estudiante se desplieguen y estemos preparados y sepamos que el crecer y el enfrentarse a desafíos más complejos o a situaciones de mayor responsabilidad, implica frustraciones, temores, señales de inestabilidad y muchos nuevos y emocionantes momentos por vivir.

Es muy valioso estar atentos a las necesidades e inquietudes del alumnado habilitando espacios de diálogo o discusión de determinados aspectos, desde una visión realista y sin falsas expectativas. Invitar a conocer el nuevo ciclo, sus espacios, los adultos que lo habitan de tal forma de empezar a apropiarse del nuevo espacio. La propuesta puede ser abierta o a través de una propuesta lúdica según el nivel etario.

Los docentes y la metodología

Desde los docentes y la institución toda hay variados aspectos administrativos que deben contemplarse, el pasaje de información más allá de informes académicos donde se explicite el rendimiento del alumno, sus características y el apoyo familiar, la forma de socializar y la forma de posicionarse de acuerdo a su historia escolar.

Es importante adaptar las metodologías durante los primeros meses del año para facilitar los nuevos aprendizajes. Incrementar el seguimiento personalizado especialmente en aquellos alumnos con mayor riesgo de exclusión social y académica. Introducir paulatinamente las pautas, hábitos y rutinas del nuevo ciclo.

Para ayudar a la adaptación deben priorizarse las acciones e intervenciones educativas dirigidas a cohesionar el grupo clase y establecer fluidos canales de comunicación con las familias para formar un equipo de acompañamiento.

Un entorno nuevo

Las transiciones de ciclo enfrentan a todos los involucrados a desafíos personales y colectivos, donde se debe dar lugar para que la contención y la generación de los espacios de seguridad y confianza aporten a las certezas que necesitan los estudiantes.

Cuanto menor es la edad de los alumnos crece el protagonismo de los adultos de referencia quienes tienen la responsabilidad de orientar en este proceso desde el lugar de transmitir una visión de la realidad ya que el cambio implica dudas y nerviosismo. Evitar los cambios abruptos favorece al niño con emociones positivas. Es fundamental considerar que, si un niño logra una transición exitosa, se siente motivado y emocionalmente disponible para el aprendizaje.

Las transiciones en la Educación Secundaria

En niveles superiores las variables de incidencia son otras, tiene otra fuerza la duda sobre si la elección de una opción tiene un corte definitivo o puede ser revisada, la visión de futuro y de decisiones que implican cambios en la vida adulta.

Transitar, avanzar, enfrentar otros escenarios es parte de la vida académica de los estudiantes sea cual sea su edad.